«Jesús murió por los pecados de alguien pero no por los míos». Lo había escrito hacía unos años como una declaración existencial donde me comprometía a responsabilizarme de mis actos. Cristo era un hombre contra el cual merecía la pena rebelarse, porque él era la rebelión»‘.
— Patti Smith, Éramos unos niños, (Lumen, 2010)