Entonces la justicia prevaleció, pero ¿qué tipo de justicia? El nuevo rey es Bran: lisiado, omnisciente, que no quiere nada, con la evocación de la insípida sabiduría de que los mejores gobernantes son aquellos que no quieren el poder. Una risa desdeñosa que se produce cuando una de las nuevas élites propone una selección más democrática del rey lo dice todo.